Soy una sobre-pensadora, siempre estoy pensando en lo que haré el día de mañana o en la próxima semana, en lo que me gustaría para organizar y decorar el apto, en cómo será mi apartamento cuando ya trabaje... Tantas cosas, que a fin de cuentas, no aportan mucho en mi vida.
A lo largo de los procesos personales que he realizado durante mi paso por la universidad, siempre me dicen que me enfoque en el presente: en el aquí y el ahora. Pero me resulta tan difícil no preocuparme por el mañana. En parte, sé que es por las redes sociales, porque estoy deseando vidas que no me corresponden y, de alguna manera, termino pensando en que mas adelante podré ser una de esas mujeres que tienen lo que yo quiero.
¿Qué quiero yo?
Muchas cosas, para ser honesta, en ocasiones hasta parecen inalcanzables, como por ejemplo el hecho de que quiero tener un tigre y una vaca en una fica muy grande. También tengo unos más alcanzables ¿tal vez?, como el de tener un apartamento con una vista muy bonita en alguna ciudad de Europa. Tengo que agregar sí o sí el de querer viajar por todo el mundo, me gustaría poder ver con mis propios ojos lo que siempre veo en internet.
Claro que también quiero ser más responsable y organizada, ser completamente independiente y hacer los mil hobbies que tengo pensados.
Sin embargo, soy muy consciente que, en vez de enfocar mis energías en lo que no tengo, mejor me centre en esta Dalia que no va a tener 21 por siempre, que terminará la universidad y que no sabe que pasará más adelante, porque así es el futuro, incierto.
Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, sé que debo hacerlo de una forma u otra. No tengo que esperar que todo en mi vida esté bien para hacer las cosas, la vida no funciona así. Por hoy, no diré nada más, han sido meses duros y espero con ansias que llegue la temporada navideña.
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